domingo, 1 de septiembre de 2013

18 MARZO 1900

LA CARRERA DE DARRO

Se ha tratado estos días en el Ayuntamiento de un proyecto de ensanche de la Carrera de Darro, y con motivo de esta reforma hemos oído exponer la peregrina idea de cubrir el día en el trayecto de la típica calle para convertirla en una especie de prolongación de la de Reyes Católicos. Si la acción del Municipio va a rendirse por el proyecto de que se habla a poner pavimento de la calle en condiciones de tránsito, nada más oportuno y necesario porque el estado actual del piso en una vía que está más que frecuentada por los extranjeros, constituye para Granada y su administración local una vergüenza; pero si quiere entender a más ese arreglo, si se pretende que desaparezca el menor detalle de cuanto hace de la Carrera de Darro lo más artístico y genuinamente granadino que todavía convivamos, a pesar de la brutal interpretación que en la mayor parte de los capitales se viene dando a la palabra ornato en estos últimos tiempos, entonces ese proyecto es una verdadera monstruosidad, un atentado contra el buen gusto que debe levantar la protesta más enérgica en el corazón de todo buen granadino. Conserva la Carrera de Darro el aspecto característico que debe tener en los primeros años de la Reconquista, sus puentecillos sobre el río, sus conventos y sus iglesias forman los primeros términos de con encantados panorama en la ladera del de los cerros de la Alhambra, las edificaciones y huertecillos bajan hasta la misma corriente del Darro escavándose en artística y pintoresca gradería donde abundan detalles de vieja arquitectura que contribuyen a formar un conjunto originalísimo. Presta frescura y poesía a la vieja calle la corriente soñolienta del río que al deslizarse entre las viejas y grandes piedras del cauce, copia un cielo siempre hermoso. Desde la Plaza de Santa Ana hasta llegar al atrio de San Pedro, frente a la misteriosa leyenda del Palacio de Castril, el espíritu observador se va compenetrando insensiblemente con las edades pasadas de que son testigos mudos aquellos venerables edificios y cuando sale después al Paseo de los Tristes, bordeado por cármenes poéticos de la ribera del río sobre los cuales se elevan las antiguas murallas y torres árabes que destacan sus moles rojizas entre el verdor de los álamos seculares de la Alhambra, se goza en toda plenitud de una intensa emoción estética para cuyo tránsito desde el prosaico vivir en la ciudad moderna con sus calles en monótona formación, el trajín del comercio y el rodar de los coches y carros, ha preparado admirablemente la larga Carrera de Darro con la calma apacible de sus iglesias y conventos, el recreo que produce en los sentidos la belleza de sus panoramas, la placidez de la corriente del río, el ambiente poético y melancólico que en ella se respira como el halito de siglos que fueron. Si todo esto ha de perderse por hacer una calle más, una de esas antipáticas calles a la moderna que son iguales en todas partes y uniformando como chicos de un hospicio a las ciudades a las ciudades las han hecho perder su fisonomía propia fácilmente, se comprende la razón de nuestra protesta contra eso que de ser como no s figuramos constituirá una profanación artística y el peor atentado posible contra el verdadero ornato que no es, ni puede ser, la destrucción de lo que en cada ciudad constituye su carácter propio. Si el Ayuntamiento quiere inspiración en un criterio racional debe limitar su acción al adoquinado de la calle y a ensancharla en lo posible haciendo remeter algo las fachadas de las casas de la acera derecha aguas abajo en los puntos más estrechos, pero de ningún modo debe tocarse los puentes ni los edificios de la margen izquierda, pues antes, al contrario, éstos deben conservarse tal como se encuentran, sin permitir a los propietarios otras obras que las estrictamente necesarias de fortificación, y prohibiendo cuantas tiendan a alterar en lo más mínimo las líneas y el carácter de las actuales construcciones. Tal como hoy la conservamos, la Carrera de Darro es la mejor calle de Granada, porque es la más granadina. Como la de Reyes Católicos y mejores que ésta, se hallan en muchas partes. Hoy que todos los municipios europeos reaccionan contra la vandálica obra de destrucción que se ha hecho en nombre del ornato de las ciudades; cuando París y las grandes capitales dedican fuertes sumas a conservar esas preciosas reliquias de los siglos anteriores, y a reproducirlas con todo el carácter posible cuando su destrucción ha sido total, la  reforma proyectada para la Carrera de Darro daría a nuestro Municipio una patente de incultura que se debe rehuir a toda costa por el buen nombre de Granada. Mejórese en buena hora cuanto se pueda mejorar sin perjuicio del carácter histórico y artístico de esa calle que da tan exacta idea de la Granada que fue; pero huyan de la funesta manía de destruir lo típico y peculiar que nos queda en nombre de esa falsa idea del ornato a la moderna que ha causado más daños en la arqueología y el arte de nuestras ciudades que los cascos del caballo de Atila en las campiñas de Itálica.

Nota Actual: La Casa de Castril o Palacio de Castril se halla enclavada en la Carrera del Darro, en el antiguo barrio árabe de Ajsaris, sede a partir del siglo XVI de parte de la nobleza granadina. La Casa de Castril es uno de los mejores ejemplos de palacios renacentistas de Granada. Perteneció a la familia de Hernando de Zafra, secretario de los Reyes Católicos que participó activamente en la reconquista de la ciudad y en sus Capitulaciones. Actualmente sede del Museo Arqueológico de Granada.

PALACIO O CASA DE CASTRIL



Sobre el edificio recae una vieja leyenda la cual cuenta  que una misteriosa dama de blanco se aparece de vez en cuando, fruto de un desencuentro entre el padre de una bella muchacha que habitaba el edificio y su supuesto amante, que desencadenaron la furia del progenitor ahorcando al muchacho y emparedando en el balcón lateral del edificio a su hija. Sobre este balcón ciego se puede leer una consigna que dice: "Esperando la del cielo", lo que podría referirse a "esperando la justicia del cielo", que probablemente tuviese relación con las palabras que el supuesto amante pronunció antes de ser ahorcado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario