sábado, 21 de septiembre de 2013

29 ABRIL 1900

EL PROCESO DE LOS CONCEJALES

Ayer fue firmado por la Sección 2ª de lo criminal de esta Audiencia el auto de sobreseimiento libre en la causa que se seguía contra los concejales del Ayuntamiento de Granada, por el supuesto delito de injurias a un diputado. El auto manda reintegrar en sus cargos a los 14 concejales, y se funda el número 2º del artículo 637 la Ley de Enjuiciamiento, o sea, no constituir delito el hecho que dio lugar al procesamiento.

No nos sorprende, como no ha podido sorprender a ninguna persona sensata la resolución judicial. Desde el primer momento se apercibió con certero criterio la opinión de que el proceso contra los concejales, engendrada por vesánicas pasiones, que amparaba una política torpe e impopular, no podía tener otro fin que el que ha tenido. La justicia se ha impuesto, los concejales que fueron suspensos por haber cumplido el más elemental de los deberes al rechazar las imputaciones calumniosas lanzadas contra el buen nombre de Granada en el recinto de las leyes, de donde debe estar prescrita la mentira, volverán a sus cargos con el aplauso de las personas independientes y con provecho el administración local que es siempre lo primero que se perjudica con las inseguridades de una situación interina.

El auto de  la sala, aparte de que responde en absoluto a las exigencias de la Justicia, tiene en su favor el aplauso de la opinión pública, para la cual era un motivo de alarma y de disgusto ver perseguidos y molestados a quienes no habían cometido otro delito que volver por los fueros de la verdad atropellada y del prestigio de la ciudad que les honró con su representación, cumpliendo en esto su principal deber. La conducta esos concejales al proceder así sólo merecía galardones y parabienes; por esto resultaba muy atípica la actitud del gobierno que hería la dignidad de Granada persiguiendo a sus concejales por haberla defendido, y que demostraba una vez más el lamentable estado de nuestra política dominada por móviles personales y pasiones bastardas, que en ningún país medianamente organizado sale a la superficie con el cinismo que en nuestra desdichada nación.

Afortunadamente para la causa de la verdad el buen sentido, la razón se ha impuesto al fin, y al cabo, encontrando su autorizado intérprete en el tribunal que ha resuelto el proceso en el único sentido que se podía resolver de acuerdo con la justicia. El gobierno qué tan gravemente ofendió Granada para hacerse solidario de las calumnias que motivaron la noble protesta del Ayuntamiento no habrá podido menos de convencerse de que era una iniquidad lo que pretendía y del grandísimo error político que cometió atrayendo sobre su nombre y su partido la odiosidad de todos los espíritus desapasionados, imparciales y rectos sublevados ante tamaña injusticia.

Creemos que reconociendo su error coadyuvará  ahora a la acción de la justicia, dando rápido cumplimiento a ese auto, reintegrando en sus puestos a los concejales tan inicuamente arrojados de ellos, con lo cual recibirá la opinión de Granada el desagravio que se le debe.


Nota actual: Los antecedentes a esta resolución puedes consultarlos en los días 5, 6 y 11 de Enero de 1900, 27 de Febrero de 1900 y 10,11 y 15 de Marzo de 1900 de este blog.

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