EL PROCESO DE LOS CONCEJALES
Ayer fue firmado por la Sección 2ª de lo criminal de esta
Audiencia el auto de sobreseimiento libre en la causa que se seguía contra los
concejales del Ayuntamiento de Granada, por el supuesto delito de injurias a un
diputado. El auto manda reintegrar en sus cargos a los 14 concejales, y se
funda el número 2º del artículo 637 la Ley de Enjuiciamiento, o sea, no
constituir delito el hecho que dio lugar al procesamiento.
No nos sorprende, como no ha podido sorprender a ninguna
persona sensata la resolución judicial. Desde el primer momento se apercibió
con certero criterio la opinión de que el proceso contra los concejales, engendrada
por vesánicas pasiones, que amparaba una política torpe e impopular, no podía
tener otro fin que el que ha tenido. La justicia se ha impuesto, los concejales
que fueron suspensos por haber cumplido el más elemental de los deberes al
rechazar las imputaciones calumniosas lanzadas contra el buen nombre de Granada
en el recinto de las leyes, de donde debe estar prescrita la mentira, volverán
a sus cargos con el aplauso de las personas independientes y con provecho el
administración local que es siempre lo primero que se perjudica con las
inseguridades de una situación interina.
El auto de la sala,
aparte de que responde en absoluto a las exigencias de la Justicia, tiene en su
favor el aplauso de la opinión pública, para la cual era un motivo de alarma y de
disgusto ver perseguidos y molestados a quienes no habían cometido otro delito
que volver por los fueros de la verdad atropellada y del prestigio de la ciudad
que les honró con su representación, cumpliendo en esto su principal deber. La
conducta esos concejales al proceder así sólo merecía galardones y parabienes;
por esto resultaba muy atípica la actitud del gobierno que hería la dignidad de
Granada persiguiendo a sus concejales por haberla defendido, y que demostraba
una vez más el lamentable estado de nuestra política dominada por móviles
personales y pasiones bastardas, que en ningún país medianamente organizado
sale a la superficie con el cinismo que en nuestra desdichada nación.
Afortunadamente para la causa de la verdad el buen sentido,
la razón se ha impuesto al fin, y al cabo, encontrando su autorizado intérprete
en el tribunal que ha resuelto el proceso en el único sentido que se podía
resolver de acuerdo con la justicia. El gobierno qué tan gravemente ofendió
Granada para hacerse solidario de las calumnias que motivaron la noble protesta
del Ayuntamiento no habrá podido menos de convencerse de que era una iniquidad
lo que pretendía y del grandísimo error político que cometió atrayendo sobre su
nombre y su partido la odiosidad de todos los espíritus desapasionados,
imparciales y rectos sublevados ante tamaña injusticia.
Creemos que reconociendo su error coadyuvará ahora a la acción de la justicia, dando
rápido cumplimiento a ese auto, reintegrando en sus puestos a los concejales
tan inicuamente arrojados de ellos, con lo cual recibirá la opinión de Granada
el desagravio que se le debe.
Nota actual: Los antecedentes a esta resolución puedes consultarlos en
los días 5, 6 y 11 de Enero de 1900, 27 de Febrero de 1900 y 10,11 y 15 de
Marzo de 1900 de este blog.
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