DEPLORABLE ABANDONO
Más de una vez hemos lamentado el escaso aprecio que hacen de
las excelencias naturales de Granada, las autoridades y Corporaciones a quienes
interesa o debe interesar muy directamente la prosperidad de la población. Aquí
no se hace nada por ayudar a la Naturaleza y antes al contrario, parece que hay
un propósito deliberado de dejar en el abandono todo proyecto que pueda
conducir al embellecimiento de la ciudad a la conservación de sus monumentos
artísticos o a dar algún realce a lo que constituyen los principales elementos
de la fama de Granada en el mundo entero, que son sus condiciones climatológicas
y sus panoramas incomparables. Nos induce a estas reflexiones lo que sucede en
el Ayuntamiento con los proyectos tan útiles como de escaso coste relativo, y
que duermen el sueño de los justos en las oficinas municipales, a pesar de que
uno de ellos viene exigiéndose por la opinión y por la prensa hace muchos años,
y de que respecto a los dos ha recaído varias veces acuerdo del Cabildo.
Consiste el primero de esos proyectos en adecentar en poco el Campo de los
Mártires, colocar en aquel hermosísimo paraje algunos asientos, y garantizar la
seguridad de cuantas personas acuden a contemplar desde aquella altura el
panorama de la Vega, mediante un muro que impida posibles caídas al barranco
que afea la deliciosa explanada.
El segundo proyecto, que es más reciente, tiene también
verdadera importancia pues, como saben los lectores, consiste en construir otro
muro frente a la Casa de la Lona, y hacer que desaparezca el inmundo muladar
que se extiende entre dicho carril y el Zenete. A pesar de que como decimos
ambos proyectos representan un gasto limitadísimo para el municipio, y que su
realización habrá de reportar grandísimas ventajas a la población así en orden
material, como en otro mucho más elevado, toda vez que sería una muestra de la
cultura de la ciudad, bastante maltratada hoy ante los ojos de los extranjeros que
observan tales colmos del abandono municipal, parece que no hay medio humano de
llevar a la práctica esos proyectos tan necesarios, como fáciles y
convenientes.
De nuevo llamamos la atención del Ayuntamiento acerca de
estas reformas y esperando que los concejales a cuyas iniciativas se debieron
los acuerdos sobre puntos de tanto interés, reanuden sus gestiones, a ver si
alguna vez se consigue lo que tan imperiosamente reclaman el ornato, la cultura
y la conveniencia de Granada.
CARRIL DE LA LONA 1950 (Con el murete aún sin construir...)
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